• Dermatitis infectadas secundariamente por bacterias y/u hongos; eccema numular, eccema seborreico, eccema dishidrótico, eccema en caso de síndrome varicoso (salvo el empleo directo sobre úlceras de la pierna), bactéride, eccemátide.
• Infecciones bacterianas con marcada sintomatología inflamatoria: piodermias (foliculitis, impétigo), eritrasma.
• Dermatomicosis producidas por dermatofitos, levaduras y hongos levulimorfos (tinea, candidosis, pitiriasis versicolor) cuando las manifestaciones inflamatorias o la eccematización secundaria ocupen el primer plano.
SCHERIDERM® en capa fina 2 o 3 veces al día, según la gravedad del caso. Iniciada la mejoría clínica basta por lo general una sola aplicación al día.
En las dermatitis de origen infeccioso y/o micótico, una vez desaparecida la inflamación y si fuera necesario se puede proseguir el tratamiento con un preparado antimicrobiano sin corticoide.
En lactantes y niños menores de 4 años no debe mantenerse el tratamiento durante más de 3 semanas, sobre todo en zonas cubiertas por el pañal.